Los ricos y valiosos retablos coloniales que resguarda el templo de Tepapayeca, localidad perteneciente al municipio mixteco de Tlapanalá, que resultaron afectados por el sismo del 19 de septiembre de 2017 fueron parte de un proceso de intervención y salvaguarda que permitió su consolidación.
Por medio de un video informativo, el Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Puebla dio a conocer los trabajos realizados en el templo de la Purificación de Santa María, mismos que concluyeron en diciembre de 2022.
En dicho material audiovisual, se informa que tras el sismo del 19 de septiembre los daños en el templo, el cual “alberga una de las colecciones más importantes de arte sacro de la región que ha sido producto de cinco siglos de historia” y en el conjunto conventual eran visibles por lo que era necesario proteger estos bienes artísticos.
Así, se indica que en conjunto con la comunidad y personal del INAH se determinó el resguardo de los retablos.
En el video se da a conocer que el pasado 4 de diciembre de 2022, la arquitecta Shantall Guzmán, en representación de Manuel Villarruel Vázquez, director del Centro INAH Puebla, y la restauradora Sarahy Fernández García, supervisora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, presentaron los resultados de la intervención a la comunidad.
En el acto, en el que también se brindó un recorrido a cargo del restaurador Noel Serrano, quien encabezó al equipo contratado para los trabajos, estuvieron presentes el presidente municipal de Tlapanalá, Silverio Galicia Baltazar, el presidente auxiliar de Tepapayeca, Marcos Martínez Miranda y el comité eclesiástico.
Las acciones, se aclara, fueron posibles gracias a un recurso obtenido mediante un seguro de protección a bienes muebles gestionado por el INAH así como por “la importante colaboración de la comunidad de Tepapayeca, a través del comité eclesiástico y la presidencia auxiliar que aportaron parte de la mano de obra, alimentación y hospedaje al equipo de restauración”.
Se indicó que durante los meses de octubre y noviembre de 2022 se realizaron acciones para salvaguardar a los retablos, sus partes componentes y sus piezas, mismos que en conjunto forman parte del patrimonio del templo y la comunidad.
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Se aclara además que los procedimientos se aplicaron a los tres retablos de la nave principal, al óleo de las ánimas del Purgatorio y a la pintura mural del templo.
Se menciona que, de inicio, se realizó un levantamiento fotogramétrico para tener un registro exacto de características y dimensiones para poder realizar el retiro de las piezas a conservar e intervenir.
Dicho levantamiento permitió también obtener una plantilla de la composición material y estética que ayudó a un análisis técnico del procedimiento.
En los trabajos se identificaron además algunas pinturas que mostraban un deterioro progresivo ocurrido entre 2017 y 2022, tales como escurrimientos, manchas por excrementos de animales, y desprendimiento de capa pictórica.
Tras realizar el desmontaje de las pinturas en el lienzo que conforman el retablo principal, las cuales se limpiaron a la par de que se les aplicaron procedimientos para revertir los daños a su estado de conservación, se retiró además el remate del retablo para evitar que su fragilidad ocasionara una posible caída.
Otras acciones fueron el registro de la pintura mural que se encuentra detrás y el retiro del retablo colateral pequeño donde estaban las pinturas de Santo Tomás de Aquino y de la Virgen del Rosario, mismas que fueron sometidas a limpieza mecánica.
A la par, se desmontó el retablo colateral dedicado a la Pasión de Cristo, pues su estado de deterioro era evidente desde antes del sismo de 2017 y se agravó en el último lustro. Sus lienzos fueron limpiados, se fijaron estratos semidesprendidos, y se hizo el registro de las necesidades de la pieza para una futura restauración.
Asimismo, se realizó el registro de la pintura mural encontrada en paredes laterales y muro testero, cuya antigüedad es anterior a los retablos.
Se aclara que todas las piezas, particularmente los lienzos, fueron depositados ya limpios y debidamente cubiertos para evitar mayores daños.
De paso, se hizo el encofrado –armazón– de la pintura denominada la Redención de ánimas para protegerla de los cambios climáticos y de las acciones de intervención al interior del templo.
De igual forma, se colocaron mallas en puertas y ventanas para evitar el ingreso de fauna, y se realizó la fumigación del templo y del exconvento con la finalidad de frenar la infestación de insectos xilófagos y otros depredadores.
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